Naturalmente, los hombres pueden experimentar un aumento en la zona pectoral, de hasta 3 veces en su vida, cuando sea que ciertos desequilibrios hormonales tengan lugar.
En primer lugar, ocurre durante la infancia. Durante el embarazo, los altos niveles de estrógeno se transfieren de la madre al recién nacido, causando la producción de más tejido mamario en la zona del pecho. Algunos estudios también afirman que esto también puede deberse en parte a la ingesta de prolactina en los bebés, una sustancia hormonal que se encuentra en la leche materna durante la lactancia. La inflamación mínima de tejido mamario en los bebes varones, también conocida como “brotes mamarios”, dura desde las primeras semanas hasta el segundo cuarto del primer año. Al menos el 60 por ciento de los niños varones reportan tener brotes mamarios.
La segunda etapa se produce durante la adolescencia, también conocida como ginecomastia puberal, y es común entre el 30 a 60 por ciento de varones entre 10 y 19 años. Durante 2 a 3 años de la pubertad, un aumento en la producción de estrógeno se da debido a un desequilibrio hormonal, este a menudo se correlaciona con el aumento de tejido mamario masculino. Por lo general comienza entre las edades de 10 a 12 años, y alcanza hasta 4 centímetros entre las edades de 13 a 14 años. Los niveles de andrógenos finalmente recuperan su dominio sobre los niveles de estrógeno en el pico de la pubertad masculina, por lo tanto se da una disminución de tejido mamario a la edad de 17 años en el 80 por ciento de los casos.
La etapa final se da debido a la senilidad masculina, y se llama ginecomastia senil, esta le ocurre al 24 a 65 por ciento de los hombres entre 50 y 80 años de edad. Durante la vejez, la sobreproducción de hormonas androgénicas es causada debido a más tejidos adiposos que se depositan de forma natural. Además de un aumento en la ingesta de alimentos, los varones inevitablemente adquieren más tejidos adiposos cuando se hacen mayores. El aumento del pecho se vuelve aún más pronunciado en esta etapa ya que la piel comienza a perder significativamente su elasticidad natural.
Es importante tener en cuenta que durante el fenómeno de aumento de pecho, ambos tipos de tejidos mamarios se pueden producir en exceso. El primer tipo se llama el tejido glandular, y se compone de conductos y células conectivas. El segundo tipo, se compone de los adipocitos o células grasas, se llama el tejido graso.
Los hombres con ginecomastia pueden ser tratados a través de medicamentos o con cirugía. Algunos pueden simplemente necesitar producir más testosterona para traer de vuelta sus pechos a la normalidad, pero para esos que no parecen tener una regresión a través de la ingesta hormonal, la cirugía podría ser la última opción.
El objetivo principal de la cirugía es recuperar las características masculinas en la zona pectoral. En concreto, estas incluyen el contorno del pecho masculino y el tamaño y ubicación promedio de los pezones y la areola en el hombre.
Los dos tipos de tratamientos quirúrgicos disponibles en la actualidad incluyen la liposucción y la mastectomía. A menudo, estos dos se combinan, dependiendo de la necesidad del paciente. La liposucción se realiza para eliminar el exceso de grasa y tejido. Normalmente, una pequeña incisión se hace para insertar un tubo que drena el tejido graso de los senos. Por otro lado, la mastectomía o escisión está dirigida a eliminar el exceso de tejido glandular. El tamaño de la incisión en la areola depende del grado de aumento mamario que experimenta el paciente.
Después, los pacientes están obligados a tener reposo durante un par de días y se les pide usar prendas de compresión durante unas semanas para asegurar una recuperación exitosa. En muchos casos, los pacientes experimentan dolor intenso en el pecho, hinchazón de las mamas, contorno irregular del pecho, pérdida de la sensibilidad del pezón, e incluso la acumulación de líquido en forma de hematomas o seromas. Se aconseja a los pacientes asistir a consulta periódica con su cirujano en caso de estas complicaciones post operatorias.